John Morrissey, un júnior irlandés de 17 años, ocupa su asiento ante la atenta mirada de su padre. El sol abrasa en la pista 3 el día antes de la final masculina. El joven trata de recuperar a bocados el oxígeno perdido. Se hidrata pero su rostro continúa encendido por la asfixia. ¿Consecuencia de los rayos solares sobre su piel lechosa? Sí, pero sobre todo consecuencia del castigo al que le acaba de someter Rafael Nadal durante una hora de entrenamiento. Morrissey se la ha pasado persiguiendo la pelota, siempre dos metros por detrás de la línea de fondo, sin opción de demostrar...
continue reading...